La estigmatización de las personas con trastornos mentales y neurológicos

¡Hola chicxs!

Esta semana vamos a hablar un poco sobre las respuestas negativas que provocan los trastornos mentales y neurológicos en nuestra sociedad. 

Para empezar os voy explicar que es un trastorno mental según la OMS (Organización Mundial de la Salud). Un trastorno mental se caracteriza por una perturbación de la actividad intelectual, el estado de ánimo o el comportamiento que no se ajusta a las creencias y las normas culturales. En la mayoría de los casos, los síntomas van acompañados de angustia e interferencia con las funciones personales. 

Este es un tema sobre el que no suele hablarse en la sociedad por miedo al rechazo o simplemente por lo que puedan pensar de nosotros por padecer algún tipo de trastorno. La concepción que tenemos sobre los trastornos mentales está muy fuera de lugar de lo que son en realidad, y eso es lo que provoca la exclusión social y la ocultación de la enfermedad por parte de quienes la padecen. 

La necesidad de un cambio social con respecto a este tema es necesaria ya que cada vez existen más personas con algún tipo de trastorno. Debemos hacer un trabajo y poner de nuestra parte cada uno de nosotros para conseguir evitar que estas personas se sientan inferiores a nosotros por este simple hecho. Esto es debido a las etiquetas sociales. Una vez que la persona es etiquetada por la sociedad como enferma mental, automáticamente en la sociedad se produce un rechazo, un aislamiento y es negativamente señalada por los demás. Algunos estudios determinan que la sociedad ve a las personas con trastornos mentales peligrosas, débiles e inútiles. 

En muchas ocasiones, el rechazo que sufren estas personas por parte de la sociedad se acaba convirtiendo en un auto rechazo hacía ellos mismos. Las palabras que salen de nuestra boca pueden llegar a la otra persona con una connotación diferente con la que las decimos, incluyendo también que hay veces que esas palabras no tienen los argumentos ni la información suficiente para ser dicha, por lo que hacen el doble de daño. 

Para el círculo más cercano de las personas con algún trastorno mental también es necesario estar bien informado de la enfermedad y sus síntomas. Es cierto que estos síntomas son inevitables pero si podemos buscar una solución para ellos y adaptar el entorno a las necesidades del sujeto. 

Al tener tan poca información sobre estos trastornos, quienes los padecen tratan de ocultarlos por miedo al rechazo, por ser tratados como incapaces de recibir un mensaje con total comprensión... Tratar de evadirnos de está enfermedad y no tratarlos con un especialista es perjudicial a la hora de tomar las medidas necesarias y buscar servicios específicos que se adapten a cada persona.

Para llegar a todas las personas y concienciar sobre lo importante que es la sensibilidad y empatía para todo, pero en este caso en concreto hacia las personas con trastornos mentales, la creación de de campañas que informan sobre la enfermedad, conferencias, charlas, proyectos... que cumplan criterios de igualdad, inclusión, diversidad y que a su vez demuestren el apoyo que reciben por su parte la propia persona como sus respectivos cuidadores. 

Por último me gustaría destacar que hay que aceptarlas por quiénes y cómo son, dejando a un lado los prejuicios y las etiquetas. No hay que tratarlos como seres incapaces y dependientes, todo esto depende del grado en el que se encuentre su enfermedad. Son personas capaces de tomar decisiones por ellas mismas y pueden participar en actividades del día a día. 

A pesar de todo esto, su esencia y su identidad sigue ahí y no va a cambiar por muy avanzada que esté la enfermedad. Padecer una enfermedad mental no determina quién es una persona ni lo hace mejor o peor, somos nosotros con nuestros prejuicios y nuestra ignorancia los que hacemos que esas personas se infravalore y pierda por completo su personalidad. 

Espero que os haya gustado la entrada de esta semana, nos vemos muy pronto :)